Reflexiones
Los
escritores somos como los Magos siempre tenemos algo escondido detrás de las
palabras. Utilizamos nuestra imaginación para crear mundos fantásticos donde a
veces la misma realidad es la actriz destacada, o a su inversa le damos rienda
suelta a la creatividad creando personajes maravillosos viviendo aventuras
increíbles.
Así
somos los escritores soñadores y creadores de ilusiones. Para ello utilizamos
todos nuestros sentidos, sensaciones, emociones y sentimientos. Toda esta
mezcla hace a la creatividad de nuestras obras, y después de un tiempo, al
igual que un hijo en gestación nacerá y formará parte de la vida de otros. Por
esto que acabo de mencionarles es que decidí hacerme escritora.
Por qué Soy Escritora?
Muchos de ustedes pensarán, cualquier Persona puede ser un escritor? Hay que estudiar? Es innato en las personas? Hay que saber mucho de ortografía y de sintaxis? Para lograr escribir debemos leer mucho y realizar intensas investigaciones? Yo te pregunto, es necesario todo esto? Te voy a contar como fue que me convertí en escritora...
Nací
en el seno de una familia poco común pero bastante peculiar en varios aspectos.
Mi familia ha sido un personaje muy importante y especial en la película de mi
vida. No somos muchos los integrantes quienes formamos a esta familia pero cada
uno de ellos han sido los motores que me han impulsado a crecer. Siempre he
escuchado decir que nada será tan verdadero y útil como todo aquello que
aprendemos en el seno familiar. Jamás nada será más valioso que todos aquellos
valores de honestidad, simpleza, cordialidad y humildad que nos han trasmitido
cada uno de los seres que han formado parte de nuestra vida. Venimos a este
mundo con la esperanza de que nuestro recorrido sea un transitar simple, que
seamos amados y cuidados por aquellos seres, (sobre todo nuestros padres), que
en un instante de sus vidas nos pensaron y nos llamaron a formar parte de ella.
Desde aquel primer respiro hasta el último nos ocurren infinitas situaciones y
vivencias que de una u otra forma van marcando nuestros pasos. Nací en una
familia donde todos estos valores que te acabo de mencionar jamás han estado
presentes. Siempre reino el desamor, la violencia, los gritos, las ausencias
presentes, estas últimas son las que más duelen. Cada detalle de la existencia
de cualquier ser Humano es esencialmente importante para su crecimiento
racional y espiritual, lo difícil es comprender porque a veces son tan
imperceptibles y tan poco valorados. Forme parte de una familia compuesta por
diferentes seres insatisfechos en su condición de humanos. Nada de todo lo vivido
hasta aquí se le parece a esas familias que vemos en las novelas o leemos en
los cuentos. Donde los padres aman a sus hijos por encima de cualquier
sentimiento, y por más compleja y difícil que sean sus vidas. Cada uno de
nosotros somos libros con hojas en blanco, lo importante de esto sería no
llegar al final del recorrido con esas hojas sin una palabra.
Desde
muy pequeña tuve una gran imaginación y creatividad... pero a diferencia de
cualquier niño que utiliza estas habilidades en sus juegos yo las usaba para
escribir. Nada de todo lo que se me ocurría lo hacía público sino que solo
pertenecían a mi mente. En la escuela fui una chiquita más del montón de niños.
Solo tuve un destinatario de mi cuentos y novelas, (aquí es donde les digo que
entra esto de la magia de los escritores), mi Muñeco. Fiel compañero de mi
triste niñez. El, siempre con su sonrisa me acompañaba en todos esos momentos
llenos de angustia y dolor. Testigo de muchas risas pero también de grandes
silencios escondidos. Cuando lloraba, él lo hacía también. Como te decía mi muñeco siempre fue el destinatario de mis cuentos imaginarios y de mis fantasías hasta aquel día que se lo llevaron para siempre dejándome en la más triste y profunda soledad. Sí, si ya sé lo que estas pensando ¡Qué exagerada! y Si, soy un poquito exagerada cuando escribo y por ahí agrando las cosas pero fue así como sucedieron. Desde que se lo llevaron a mi muñeco nunca más volví a contar historias ni cuentos a nadie más, las guarde a todas en mi cabeza. Hasta que una de mis maestras descubrió que yo tenía cierta facilidad para la escritura e intento en varias oportunidades en motivarme para que no abandonara mi habilidad para expresarme a través de la palabra escrita. Insistió un montón de veces pero mi respuesta siempre fue "No quiero". Desde muy pequeña están presentes los "No" en mi vida. Quizás en este momento te estas preguntando dónde estaba mi madre. Te estas adentrando en un terreno fangoso. Pero no me menos importante. Para una niña, como era mi caso en ese momento, una madre es lo más importante que existe en la vida. Después de ella están los juguetes, los chupetines, los dibujitos de la tele, los amigos y bien lejos los hermanos.
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